La bodega en casa
¡Monta tu propia bodega en casa!
Es una pena que un buen vino se estropee por una mala conservación. Por eso, es fundamental cuidar de nuestros caldos desde que llegan a casa hasta el momento de servirlos.
CONDICIONES GENERALES PARA LA BODEGA
Hay quienes, dado lo espacioso de su domicilio, tienen la posibilidad de instalar una bodega subterránea. Si no es así, Hoy en día existen en el mercado magníficos armarios botelleros con distintas capacidades para conservar los vinos en condiciones óptimas
- Preferentemente se deberá ubicar en un lugar sombrío, ya que la luz es amiga de la vid pero no de los vinos. También deben evitarse los ruidos y los olores fuertes lo que quiere decir que en ese espacio no se colocará nada que no sean botellas.
- Si existe la posibilidad, es preferible que las paredes de la bodega sean blancas, de cemento con gravilla y de un grosor medio para mantener la temperatura.
- Aunque tal vez no lo parezca, la orientación también es importante por motivos de luminosidad. Orientaciones de mejor a peor: norte, noroeste, este y oeste.
- En cuanto a la humedad, ésta ha de rondar un 70%. Si no se consigue se pueden instalar humidificadores (a la venta en los mercados).
- Las botellas deben colocarse siempre en posición horizontal, para que el corcho esté en contacto con el vino y su crianza sea más lenta.
- Es importante que los vinos permanezcan a una temperatura constante. Por eso no, es buena idea instalar la bodega en la cocina debido a los bruscos cambios de temperatura que en ella se producen.
SELECCIÓN DE LOS VINOS
- Los Blancos, Rosados y Cavas
Lo mejor es ir comprando según se necesite. No deberás tener más que los que piensas consumir en unos seis meses, si estamos al principio de una nueva añada: El mismo criterio deberás seguir con los cavas, champanes y rosados. No obstante, hay excepciones como los vinos blancos de crianza que, por su elaboración, aguantan más tiempo en la bodega. Pudiendo llegar a los 4 ó 5 años después de su embotellado
- Los Tintos
Si compramos Crianzas podremos mantenerlos durante dos o tres años. Si son Reservas o Grandes Reservas, unos años más, pero siempre haciendo un seguimiento, a partir del 5º año, para evitarnos sorpresas.
Si son Jóvenes, debemos consumirlos en el año, ya que a partir de aquí salvo excepciones, comienzan su declive.