Las barricas y la cápsula
BARRICAS :
Las barricas de roble, son uno de los ingredientes fundamentales en la crianza del vino. A rasgos generales, a la hora de elegir el tipo de barrica hay dos factores que determinarán el resultado final.
El tipo de roble y el tostado del mismo. Los tipos más habituales son el americano ( más rico en aromas y más barato) y el francés ( más caro y fino) a los que hay que añadir los robles bosnios, polacos o rusos, cada uno con una personalidad propia ( velocidad de crianza y duración en años ).
El nivel de tostado de la barrica, va a ser el responsable de trasmitir al vino los torrefactos, vainilla, especiados, ahumados, coco, caramelo etc.
El grado de tostado puede leerse en el exterior de la barrica con los siguientes caracteres L ( ligero ) M ( medio ) F ( fuerte ), con niveles intermedios con el signo + o - ( M+ , F- , L+ ).
LA CÁPSULA :
Es creencia general que la cápsula, se coloca para proteger el corcho y en definitiva el vino. Sin embargo, su función es puramente estética y decorativa, de hecho los elaboradores guardan el vino sin ella, poniéndosela junto con las etiquetas al distribuir el vino.
Los cambios bruscos de temperatura, son hoy algo frecuentes en nuestras viviendas y pueden afectar a la capacidad de cierre de los corchos de nuestros vinos, ya que el calor expande los líquidos, empujando el corcho hacia fuera, mermando su poder aislante.
Si nos ocurre esto, tendremos que procurar que en nuestra bodega no existan estos cambios de temperatura, y puede ser útil quitar las cápsulas para hacer un seguimiento de los corchos de nuestros vinos. Finalmente, les recomendamos cortar por debajo del gollete, anillo grueso del cuello de la botella, antes de descorchar la misma, para impedir que algún trozo este en contacto con el vino, ya que están hechas de aleaciones de plomo o estaño muy tóxicos.